
Los procesos de reclutamiento y selección son la vía principal de la que se vale la empresa para incorporar talento humano a sus filas: el tiempo y los recursos dedicados a esta tarea pueden llegar a ser considerables. Por ello, se hace muy necesario optimizar el proceso y garantizar su éxito, definiendo y siguiendo una serie de etapas del proceso de reclutamiento y selección de personal. Además, externalizar el Proceso a profesionales nos permite disponer de ese tiempo para otros asuntos de la Empresa.
¿En qué consiste el proceso de selección de personal?
Todo proceso de selección de personal tiene como finalidad dar con el candidato o candidatos idóneos para cubrir una o varias vacantes en la organización, y bajo esta premisa se despliega toda una estrategia de búsqueda y captación del talento.
Además, se podría decir que cualquier responsable de recursos humanos tiene muy claro que los trabajadores son el mejor activo de una empresa: con base en esto, se establecen una serie de pasos para reclutar y seleccionar personal de forma eficaz, es decir, que se ajusten a unos criterios de selección previamente estudiados y definidos.
¿Qué es el capital humano y cuál es su importancia en una empresa?
Para evaluar a los candidatos en un proceso de selección, entran en juego un conjunto de variables a tener en cuenta y que van más allá de lo que se refleja en un CV o perfil profesional (normalmente la formación académica y la experiencia), a saber: rendimiento, actitud, disponibilidad, expectativas salariales o soft skills.
Pero antes de lanzarse a buscar candidatos, la organización primero tiene que hacer un trabajo interno: se trata de determinar si realmente necesita nuevas incorporaciones, y si la respuesta es afirmativa, definir las características del puesto y las del perfil que está destinado a cubrirlo.
Beneficios de seguir un proceso coherente de selección de personal
¿Cuáles son los procesos de selección “no coherentes”? Esta pregunta podría resultar algo chocante, pero la realidad de las empresas es que muchos de los procesos de selección que llevan a cabo no finalizan satisfactoriamente, es decir, con la incorporación del candidato adecuado. Puede que el proceso haya fallado involuntariamente, por falta de dedicación o por no “haber hecho los deberes” previamente.
En realidad, un proceso de selección coherente es el resultado de una buena planificación, en la que la organización ha invertido tiempo y recursos en saber qué es lo que quiere, qué es lo que necesita y qué es lo que se puede permitir.
Satisfacción de expectativas mutuas
La empresa encontrará candidatos que se ajusten a los requerimientos estudiados, y los candidatos, a su vez, aterrizarán en un lugar donde podrán desarrollar un trabajo que les llene y les haga crecer profesionalmente: en este escenario, todos ganan.
Es frecuente encontrar casos en los que el candidato, al poco de haberse incorporado, abandona la organización por su propio pie o porque esta decide prescindir de él. Nos encontramos ante un caso de desajuste de expectativas.
Reducción de costes
Se calcula que el coste de una contratación deficiente le cuesta a la empresa una cantidad equivalente al 31 % del salario anual del candidato “erróneo”. Y es que poner en marcha un proceso de selección requiere de dinero y de tiempo, y a menudo este último es el valor más escaso de todos.
Un proceso de selección coherente finalizará antes y con mayores garantías de éxito: el departamento de RR. HH. habrá conseguido optimizar el proceso de reclutamiento al definir con precisión los requerimientos para el puesto, al no haber concertado más entrevistas de las necesarias, y al no haber incorporado a candidatos que no se ajustaban a sus especificaciones.
¿Cuáles son las fases de reclutamiento de personal?
Definir las necesidades: el análisis
La primera de las etapas del proceso de reclutamiento y selección de personal consiste en hacerse esta serie de preguntas:
- ¿Realmente necesitamos incorporar a alguien?
- ¿Qué tareas son las que debería realizar?
- ¿No se pueden distribuir estas tareas entre el personal existente?
- ¿Qué tipo de profesional estamos buscando?
- ¿En qué banda salarial se movería el candidato?
- ¿El motivo de la contratación es cubrir una necesidad puntual?
- ¿La persona que se incorpore podrá hacer carrera aquí?
- ¿Podríamos reasignar en otro puesto al candidato en el futuro?
Si hemos llegado a la conclusión de que se necesita incorporar a alguien, pasaremos a definir el perfil del candidato. Hay que establecer una serie de requisitos deseables para quien acometa las tareas designadas.
El perfil profesional y cómo determinar las aptitudes del candidato perfecto
Buscar el talento: el reclutamiento
Cuando ya tenemos claro todo lo anterior, pasamos a la fase del reclutamiento, el segundo de los pasos para un proceso de selección. Para ello, podemos contratar los servicios de una consultora de RR. HH. (a poder ser, que cuente con una importante CARTERA ACTIVA DE PROFESIONALES de distintos sectores) para que se encargue de traernos posibles candidatos para cubrir el puesto, o hacerlo nosotros mismos.
Utilizaremos, entre otros, portales de búsqueda de empleo y redes profesionales, que nos ayuden a filtrar las candidaturas según nuestros criterios, y dar visibilidad a nuestras ofertas de trabajo para atraer a los potenciales candidatos
Conocer a los candidatos: las entrevistas
Ha llegado el momento de entrevistarnos (virtualmente, personalmente o en grupo) con cada uno de los candidatos escogidos. En este punto, será crucial que sepamos ver más allá de sus currículums. Antes de la entrevista, tenemos que leer detenidamente el CV, y en el momento de la entrevista, averiguar las habilidades complementarias del candidato.
Como cortesía humana y profesional, se recomienda que demos algún tipo de retroalimentación a los candidatos para mantenerles al tanto del estado de sus candidaturas: quien se encuentra en búsqueda activa de empleo necesita saber qué puertas tiene abiertas o cerradas a raíz de las entrevistas realizadas.
Acoger al candidato: el onboarding
Finalmente, nos encargaremos de recibir al candidato y darle la bienvenida a la organización, así como formalizar todos los aspectos legales de su contratación.
En esta última parte, tendremos que desempeñar cierto seguimiento sobre el candidato que acaba de llegar, resolver las dudas que le vayan surgiendo y ayudarle en su proceso de aclimatación.
Todas las etapas del proceso de reclutamiento y selección de personal están orientadas a llevar a buen término el proceso de incorporar a un nuevo candidato a tu empresa. Además de ahorrar tiempo y dinero, conseguirás incorporar a trabajadores que se alineen con tus requisitos, y que desempeñen un trabajo acorde con sus expectativas.