
Los recortes o las reestructuraciones de plantilla acostumbran a ser momentos bastante duros, especialmente para los trabajadores afectados, por lo que muchos departamentos de Recursos Humanos emplean técnicas y prácticas para hacerlos lo más llevaderos posible. El outplacement es una de estas metodologías que se centra en mejorar el proceso de salida del trabajador.
¿Qué es el outplacement?
El proceso de outplacement busca ofrecer apoyo a los empleados que vayan a dejar de formar parte de la plantilla, ya sea por motivos de rendimiento, por alguna crisis financiera o por una reestructuración necesaria. Este proceso afecta directamente a la reputación de la empresa, especialmente si esta va a realizar varios despidos al mismo tiempo.
Por su parte, el trabajador recibe apoyo y acompañamiento durante el proceso de búsqueda de empleo, por lo que se considera un proceso de recolocación en el plano laboral. Esto favorece notablemente su inserción en los mercados, buscando posiciones muy similares a las que desempeñaba en su antigua compañía.
En España, esta metodología empezó a utilizarse a partir de los años 80, tras los periodos de reconversión industrial. A medida que han pasado los años, sus fases se han pulido y su uso se ha optimizado, ofreciendo grandes resultados y siendo una herramienta muy común en empresas de todos los sectores.
Fases de un proceso de outplacement
Todo proceso de recolocación pasa por varias fases imprescindibles, las cuales garantizarán el éxito de la reinserción laboral de los empleados:
- Análisis de aptitudes y capacidades de los trabajadores. Permitirá identificar cuáles son los puestos disponibles y las posibles vacantes para los profesionales que dejarán la empresa.
- Asesoramiento individual. Cada trabajador debe tener conciencia sobre el estado actual del mercado laboral. La honestidad es fundamental en este momento, puesto que esta servirá para obtener previsiones realistas sobre el tiempo aproximado que le llevará encontrar un nuevo puesto de trabajo, donde ocupe las funciones que desempeñaba previamente.
- Ayuda psicológica. Muchos despidos acarrean consecuencias a nivel mental, como incrementos de ansiedad y el estrés, o depresiones, por lo que es importante brindar apoyo en este aspecto.
- Fijación de objetivos. Se debe ayudar al trabajador despedido a establecer objetivos, con respecto a su carrera profesional, que sean realistas y acorde a su formación, capacidades y experiencia.
- Oferta de instrumentos útiles para encontrar un nuevo trabajo. Ayudar a elaborar un buen currículum, ofrecer alguna formación o crear nuevas redes de contacto son opciones excelentes para que los trabajadores agilicen su búsqueda de empleo.
Ventajas del outplacement
El proceso de outplacement, ya sea interno (a través del departamento de RR. HH.) o externalizado, es muy útil a la hora de mejorar la reputación de la empresa de cara al público, puesto que se percibirá como una compañía que realmente se preocupa por el capital humano.
Por otro lado, desde el punto de vista moral, se trata de una metodología muy positiva, donde los trabajadores afectados estarán bastante agradecidos por los esfuerzos llevados a cabo para mantener su actividad dentro del sector.
Desde el punto de vista de estos empleados afectados, los programas de outplacement son de gran ayuda de cara a incrementar sus competencias profesionales, lo cual supone un incremento en su nivel de empleabilidad. Todo ello hace que el mercado laboral esté formado por profesionales mucho más competentes y experimentados en sus puestos.
Dentro de la propia empresa, saber que se aplican estos programas implica una mayor tranquilidad hacia el futuro, reduciendo la incertidumbre y la inseguridad de los trabajadores. Esto influye en la conflictividad laboral, que se ve significativamente reducida, y mejora de forma general el clima en la oficina.
Tipos de outplacement
Ya sabemos que las estrategias de outplacement están dirigidas a los trabajadores que deben abandonar la empresa y recolocarse en el mercado laboral. Para ello, existen dos tipos de outplacement: individual y colectivo.
Outplacement individual
Se realiza de manera individual para un sujeto en concreto y, generalmente, se aplica en perfiles directivos y de altas responsabilidades. El análisis a ejecutar es mucho más denso y profundo, y se acostumbra a acompañarlo de estrategias de marketing personal que potencien la marca individual del profesional.
Outplacement colectivo
Se considera colectivo cuando la estrategia se aplica, de forma generalizada y simultánea, a varios trabajadores que son despedidos. En estos casos, no existe una profundidad tan grande como en el outplacement individual y se suele ver con frecuencia tras un ERE.
Duración de un programa de outplacement
Un programa de outplacement tendrá una duración que variará en función de la profundidad deseada en cada una de las fases que hemos visto con anterioridad. Generalmente, la duración media acostumbra a encontrarse entre los 9 y los 12 meses, pero podemos ver planes de recolocación laboral que duran desde los 3 meses y otros que llegan a los 2 años.
En definitiva, el outplacement es una vía de recolocación laboral para aquellos trabajadores que, por diversas causas, tengan que abandonar la plantilla activa de una empresa. Como hemos visto anteriormente, cuenta con notables beneficios para ambas partes, especialmente para los profesionales afectados por los despidos.
Cabe destacar que para los profesionales afectados,está mejor considerado que el proceso de outplacement lo realice una empresa externa de recolocación, ya que se opina que la visión del propio Dpto. de RR.HH. no es imparcial.
La empresa externa mantendrá entrevistas en profundidad con cada profesional, acompañándolo en todo el Proceso de Outplacement.