
Por arcaico que nos parezca hablar de discriminación, actualmente su existencia es mucho más patente de lo que podamos llegar a imaginar. No solo entre hombres y mujeres, sino entre personas del mismo sexo: la igualdad es algo que hace temblar los pilares del ámbito laboral y la realidad de la discriminación en las empresas es algo que, indudablemente, debe atacarse y remediarse, prevenirse y cuidarse desde el momento en el que apenas un negocio empieza a nacer, para procurar el ambiente productivo, eficaz y, sobre todo, feliz y confortable de los trabajadores.
¿En qué consiste la discriminación laboral?
La discriminación laboral es aquella que se produce en cuanto hay diferencia de trato de un empleado respecto a otro, por causas que no derivan del desempeño de sus funciones laborales. A veces pasa sin darnos cuenta, en situaciones en las que un trabajador se ve perjudicado por determinadas decisiones sobre el salario, los derechos o las situaciones de otros; pero, en muchas ocasiones, la discriminación en el trabajo deriva del objetivo de causar daño y el perjuicio en la persona, y puede conllevar consecuencias muy perjudiciales incluso para su salud.
El trabajador se ve perjudicado en aspectos que afectan a su categoría profesional, salario, vacaciones, capacidad de promoción, permisos u otros derechos laborales. Pero, además, la discriminación en el trabajo también suele tener como objetivo provocar algún daño de tipo moral, como vejaciones o insultos.
Para entender en qué consiste la discriminación laboral, podemos observar sus manifestaciones en diferentes características relacionadas intrínsecamente con los trabajadores:
- La edad. En ambos extremos del mercado laboral, tanto por excesiva juventud como por ser demasiado mayor.
- El género. Desgraciadamente, ser mujer y trabajar sigue siendo duro en cuanto a condiciones de igualdad en el trabajo se refiere. Se sigue luchando por reforzar las garantías que protejan la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en el empleo, no solo en el ordenamiento jurídico, sino en el seno de nuestro sentimiento más básico y natural. Si bien las cifras en cuanto a aumento de puestos directivos o igualdad de contratos indefinidos van mejorando respecto a anteriores años, la realidad vierte evidencias tan pesimistas como que el sueldo medio de las mujeres sigue siendo, en igualdad de puestos, más bajo que el de los hombres, solo por el hecho de serlo.
- Orientación sexual. Incluso hay trabajadores que se ven obligados a ocultar sus inclinaciones para no perder su trabajo.
- Cuando se veja, maltrata o se infravaloran las capacidades de la persona con discapacidad.
- En los casos de pertenecer a otras razas o etnias.
- Si se producen abusos o burlas sobre personas por defender determinadas ideologías políticas o creencias religiosas.
- Por enfermedad, por la que se le margina, u otras circunstancias por las que se le niegan oportunidades u ofrecen pocas ayudas, como un embarazo.
Si detectamos estos aspectos en nuestro núcleo de trabajo, entre nuestros trabajadores o en nuestra empresa, es suficiente señal de peligro para actuar.
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Tipos de discriminación
La discriminación en el trabajo, sea cual sea su causa, puede manifestarse de diferentes maneras. Algunas de las más típicas son las siguientes:
Directa
Mediante la discriminación laboral directa, un trabador obtiene de forma manifiesta un trato laboral peor, en comparación con otro de su misma clase o puesto.
Indirecta
La discriminación laboral indirecta es la más frecuente: implica, de manera sutil y silenciosa, una serie de prácticas discriminatorias revestidas con aparente neutralidad o igualdad. Es el caso, por ejemplo, de la realización de ofertas engañosas, inicialmente “iguales” para todos.
Acoso
Implica una actitud intimidante y constante hacia una persona, que llega a causarle daño, humillación, dolor e incluso miedo. Produce un desgaste emocional que deriva incluso en el abandono del puesto de trabajo de la persona víctima de estos tratos.
Persecución y represalia
Tiene lugar por “venganza”: el trabajador llevó a cabo una acción previa respecto a la empresa (por ejemplo, reivindicó unas vacaciones o una serie de medidas para compatibilizar su jornada laboral con la personal) y la empresa responde con medidas que le discriminan por su comportamiento.
Por asociación
Se discrimina a un trabajador por relacionarse con un tercero que se discrimina per se o recibe tratos vejatorios sin causa. Por ejemplo, un empleado es insultado o minusvalorado porque se relaciona con guetos en su entorno.
Estos tipos se agravan cuando concurren dos circunstancias:
- El error: a veces, se discrimina a un trabajador por un motivo que ni siquiera concurre en él, pero que creemos que sí.
- La multiplicidad: empeoramos la situación discriminatoria acumulando varios tipos de discriminaciones en una sola persona como objetivo.
Medidas para evitar y prevenir la discriminación en el trabajo
El trato discriminatorio laboral es un lastre que, con la mejor prevención y, si es necesaria, la mejor actuación ante cualquier indicio, hay que erradicar. De no ser así, aumentarán los conflictos laborales, no habrá buen ambiente en nuestra empresa, ni en calidad ni en cualidad; la autoestima de nuestros trabajadores se verá afectada y el rendimiento desembocará en menor eficacia, menor capacidad y menor libertad y bienestar.
Pero es posible prevenir y evitar la discriminación en el trabajo, a través de una buena y constante formación en igualdad. Necesitaremos esfuerzo y constancia del equipo de recursos humanos de nuestra empresa que, desde el plan de negocios inicial, debe poner en marcha una serie de medidas como las siguientes:
- Elaborar buenos planes de contratación y de promoción internos.
- Favorecer los canales de comunicación.
- Realizar role playing y mecánicas de grupo para que se expongan las incomodidades.
- Atender y escuchar individualmente a los trabajadores mediante el ofrecimiento de reuniones personales.
- Informar y facilitar las denuncias por discriminación laboral, apoyar al trabajador y erradicar el posible miedo desde dentro.
- Fomentar el buen trato, el lenguaje correcto, la integración y velar por su cumplimiento.
- Implantar, de manera obligatoria, el Plan de Igualdad de Oportunidades, para prevenir la discriminación laboral por razón de género, puesto en marcha por el Gobierno para garantizar la igualdad entre hombres y mujeres en el trabajo.
La discriminación laboral puede empezar con un simple comentario sarcástico, una broma de mal gusto sobre nuestras capacidades o una reflexión fuera de tono. Por eso, luchar contra estos comportamientos cuando sean más habituales que anecdóticos está en la voz y en las manos de todos.


