Del mismo modo que cuidamos con mimo la imagen de nuestra marca de cara a los clientes, el employer branding trata de conseguir idéntico resultado cara a nuestros trabajadores, es decir, se trata de crear y trabajar una imagen de marca, pero desde la perspectiva del empleador.
Consiste en hacer de nuestra empresa un lugar en el que los trabajadores quieran trabajar, un aspecto realmente importante en el sector de la hostelería, donde las jornadas y los horarios de trabajo suelen ser poco atractivas e incluso en algunos casos, agotadoras. Sin embargo, el trato que los trabajadores dispensan a los clientes es clave. En este sentido, el uso del employer branding puede ser una herramienta adecuada para captar y retener a los profesionales adecuados.
¿Qué es el employer branding?
El employer branding como concepto surgió a mediados del siglo pasado, no obstante, es durante este siglo cuando se asentó como técnica de marketing empresarial.
Realmente es un concepto muy sencillo en cuanto a su definición, que no encierra más que la transmisión, tanto interna como externa, de la cultura, valores y características que definen a una empresa como empleadora.
Aunque su utilidad se extiende a cualquier sector y negocio, cobra especial relevancia en aquellos sectores en los que escasean los profesionales o cuando buscamos profesionales con determinadas características muy concretas, que los hacen difíciles de encontrar. Por ejemplo, en el sector de la hostelería podemos encontrar muchos profesionales, pero si regentamos una bodega y queremos centrarnos en la recomendación de vino altamente especializada y ofrecer un servicio que cumpla un determinado protocolo, quizá no encontremos a muchos sumilleres que, además de una amplia formación vitivinícola, destaquen por su conocimiento de protocolo y su habilidad para la atención al público.
En cualquier caso, no debe entenderse como una acción puntual, sino como una estrategia a largo plazo que pretende tanto atraer a nuevos candidatos, como retener a los actuales, ofreciendo una imagen como empleador que resulte atractiva para los trabajadores.
Beneficios del employer branding
Como ya podremos imaginar, los beneficios de crear una marca de empleador y cuidarla son múltiples. En primer lugar, facilita la atracción de los profesionales más talentosos, en un mercado cada vez más competitivo, donde cada pequeño detalle suma.
Además, se reducen los gastos en selección y captación de personal, ya que la empresa recibirá peticiones continuas de candidatos. También se evita el encontrarnos en un momento dado sin talento.
Por otra parte, un aspecto muy importante es la fidelización de los trabajadores, lo que reduce considerablemente la rotación de empleados. Este aspecto, además de reducir los costes de contratación, aumenta la productividad y mejora el rendimiento de los empleados, que adquieren gran experiencia en nuestro entorno empresarial y llegan a especializarse. Además se evitan los períodos de baja productividad propios del inicio de un contrato.
Por último, tener una buena imagen como empleador mejora también nuestra imagen de cara a los clientes.
En cuanto a empresas del sector de hostelería que dominen el employer branding, tenemos el ejemplo de Starbucks, que inicia el cuidado de sus trabajadores desde el momento de selección, comprometiéndose a responder a las solicitudes que reciben en determinados plazos, a sabiendas de que el trato hacia sus empleados se reflejará en el que estos ofrezcan a sus clientes.
En conclusión, la inversión en employer branding supone un esfuerzo a largo plazo, pero puede ofrecernos tanto un mejor posicionamiento a la hora de captar talento, como una mejor reputación de cara a nuestros clientes.