La figura del mando intermedio es clave como punto de unión de la dirección de la empresa y sus empleados, lo que hace que sean algunos de los puestos más difíciles de reclutar.
En este artículo te explicamos qué son los mandos intermedios, cuáles son sus funciones dentro de la empresa y qué cualidades deben tener para desarrollar su trabajo de una manera óptima.
¿Qué son los mandos intermedios?
Dentro de cualquiera organización, se denomina mandos intermedios a todos aquellos cargos que son responsables de una determinada área o sector. Por tanto, estos se ocupan de recibir las decisiones estratégicas de los cargos directivos y crean y organizan equipos de trabajo para llevarlas a cabo.
En este sentido, los mandos intermedios son los que se encargan de supervisar las operaciones diarias y ajustar el rendimiento de cada área de trabajo para funcionar de la mejor manera. Asimismo, deben tomar decisiones relativas a su sector: funciones de los empleados, mejorar la eficiencia y encargarse de la gestión de los recursos a su disposición.
A la práctica, los mandos intermedios actúan como puente para unir la parte estratégica de la empresa (los cargos directivos) con la operacional (los empleados).
¿Cuáles son las funciones de los mandos intermedios?
El mando intermedio es un cargo que participa del proceso de la toma de decisiones de la empresa, aportando información y conocimiento sobre su propio sector. Por lo tanto, sus funciones se desarrollan dentro del planeamiento estratégico, pero también dentro de la gestión operativa:
- Participan del planeamiento
estratégico ofreciendo conocimiento e información sobre el área bajo
su responsabilidad. - Coordinan y lideran los equipos de
trabajo. - Son los responsables
de alcanzar los objetivos de su propia área a corto, mediano y
largo plazo. - Asignación de
funciones y tareas a los empleados a su cargo. - Son los responsables
de la comunicación institucional dentro de su área. - Traducen el planteamiento
estratégico en gestión operativa. - Supervisan los
procesos, recursos y tareas de una determinada área y su relación con otras
áreas de la empresa.
En definitiva, el mando intermedio en una empresa implica distintas funciones y responsabilidades, en tanto que debe recibir las decisiones de los directivos de la empresa y traducirlas en tareas concretas, mejorando el desempeño de su sector a partir de los objetivos globales que la empresa persiga.
Cualidades que deben tener los mandos intermedios
Si bien los mandos intermedios se desempeñan en distintas áreas de la empresa y disponen de competencias particulares según en qué área se desempeñen, estos siempre deben disponer de ciertas cualidades y competencias específicas de la gestión.
Liderazgo y resolución de conflictos
Debe ser capaz de dirigir los esfuerzos de sus subordinados de manera efectiva y suficiente determinación para alcanzar los objetivos del área con los recursos a disposición.
Debe disponer de herramientas de liderazgo y habilidades blandas que le permitan establecer el diálogo con sus subordinados, para resolver posibles conflictos entre ellos o con empleados de otros departamentos de la empresa.
Capacidad de delegar
Un mando intermedio debe tener la capacidad de distribuir las tareas de manera eficiente, para optimizar los procesos y procurando mantener un clima laboral óptimo. En este sentido, debe ser capaz de proponer mejoras que contribuyan a optimizar los procesos de trabajo.
Capacidad de detectar el talento del equipo
Una cualidad importante de un mando intermedio es la capacidad de detectar cuáles son los principales talentos y fortalezas de cada trabajador, con el fin de enfocarlo a la ejecución de cada tarea y a los objetivos de la empresa.
Empatía
Un mando intermedio debe ser capaz de ponerse en los zapatos de los trabajadores, entendiéndolos y poniéndose en su lugar. Para esto, es fundamental aplicar la escucha activa (es decir, la habilidad de escuchar al otro con conciencia plena).
Trabajo interdepartamental
Debe ser capaz de mantener un diálogo fluido con otros mandos intermedios de la empresa para coordinar el trabajo con otros departamentos y alinearse con los objetivos de la empresa a nivel global.
Conocimiento del sector
Además de tener un conocimiento profundo del sector en el que trabaja, un mando intermedio debe estar orientado al aprendizaje y enfocarse a la mejora continua y a la excelencia.
Termómetro de la organización
Un buen mando intermedio es un termómetro de la organización. En este sentido, pueden aportar una visión cercana del estado del equipo y así proponer mejoras cuando sea necesario. Esto también implica detectar cuando sube en exceso la temperatura y tener la capacidad de aliviar la situación.