El primer paso para el éxito de nuestra bodega es siempre contar con los mejores profesionales. Y esto no significa que el mejor profesional vaya a ser el más adecuado para nuestro negocio, sino que el candidato idóneo será aquel cuyas competencias profesionales se ajusten lo máximo posible a la tarea que vamos a encomendarle.
¿Qué son las competencias profesionales?
Cuando hablamos de competencias profesionales, nos referimos a los conocimientos, aptitudes y habilidades que permiten a una persona el correcto desempeño de una tarea. Su evaluación permite una detección y gestión de talentos más adecuada y sirve también al empresario tanto para aumentar la motivación de sus trabajadores, como para trabajar, a través de la formación, en aquellos aspectos que necesiten un refuerzo.
Existen diferentes tests de competencias profesionales, que nos pueden ayudar a su medición, como el DISC, la evaluación 360º o la rueda de competencias.
¿Qué es la selección por competencias profesionales?
Se trata de una forma de selección de candidatos que pretende ir un paso más allá de la selección tradicional, la cual, se centra en la formación y en la experiencia del aspirante. En la selección por competencias se analizan las competencias personales y profesionales del individuo, para ponerlas en relación con el puesto que habría de ocupar. Es decir, que se valorarán tanto las habilidades técnicas, como las habilidades personales.
En este sentido, podemos encontrar un ejemplo claro con un sumiller, quien podrá tener un alto grado de conocimiento vitivinícola, un nivel muy alto de inglés, baja capacidad para relacionarse con terceros y ninguna experiencia. Si buscamos una persona que se limite a aconsejar a nuestros camareros y a realizar la elección y compra de vinos, quizás no tengamos que darle mucha importancia ni a su falta de experiencia, ni a su baja capacidad de relación interpersonal, pero si el puesto se centra en la atención al público y, además, necesita de una cierta agilidad desde el principio, puede que sus competencias no nos encajen. También es importante valorar las circunstancias reales del puesto de trabajo, ya que puede que se trate de un puesto en el que en principio no existe la atención al público, pero se ubica en una empresa con un equipo unido, abierto y extrovertido, donde tendremos que valorar las habilidades sociales que presente para integrarse en él.
De esta manera, la selección por competencias detecta las competencias profesionales del candidato para después valorar qué puede hacer con ellas en el puesto de trabajo, proporcionando un mayor acierto en la elección a través de un mayor conocimiento del individuo.
¿Cómo realizar una selección por competencias?
Si queremos aplicar este tipo de selección a nuestra bodega, el primer paso será siempre analizar el puesto vacante. De la misma manera que no pedimos la misma formación para un camarero, un sumiller, un recepcionista, un auxiliar de bodega, un contable o un gerente, tampoco son necesarias las mismas competencias. Por ello, debemos concretar qué competencias debería tener el candidato ideal.
Una vez que tenemos este perfil ideal, debemos establecer un orden de importancia, ya que es posible que no encontremos un candidato que las reúna todas. A continuación, realizaremos la evaluación, ya sea a través de la propia entrevista utilizando las preguntas adecuadas, o mediante un test de competencias, como los mencionados anteriormente. Por último, realizaremos una comparación de las competencias detectadas con las del perfil que habíamos elaborado previamente.
Usar una selección por competencias profesionales nos ayudará a elegir a las personas más adecuadas para cubrir las vacantes de nuestra bodega, lo que influirá positivamente en su rendimiento y su motivación, y, a su vez, mejorará nuestra productividad.